Vivimos en una época de comunicaciones vía satélite, de controles remotos, de electrónica e informática; este escenario nos impone la necesidad de dar a conocer nuestra actividades de una forma ágil y dinámica, y el video es una de las mejores opciones.
La elaboración de un video nos permite abordar contenidos específicos de cualquier tema de una manera viva y cercana a la realidad; la transmisión de imágenes posibilita el acceso a lugares restringidos y lejanos o fuera de nuestras posibilidades económicas.
Si tenemos la responsabilidad de enseñar, el video ayuda a dirigir la atención de los alumnos hacia el tema que estamos enseñando, facilita la consulta posterior y la repetición múltiple para reafirmar el conocimiento, y la labor del instructor es enriquecida de forma creativa y profesional.
El video ayuda a las instituciones y negocios a presentar en breves minutos de manera ágil y dinámica quienes son y que hacen, un tema que para ser comprendido llevaría horas, días o semanas, destacando únicamente los momentos o aspectos más importantes para el entendimiento del tema.
Cuando grabamos diversas actividades para un posterior uso personal, el video nos da un acercamiento a esa realidad que ya vivimos, hecho que no proporcionan otros recursos.
Un video permite realizar una labor más efectiva que la sola transmisión verbal de información, favoreciendo la retención, la comprensión y la motivación para conocer más de nuestras actividades.
Es una buena inversión la realización de un video.
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